El presidente de la Nación, Alberto Fernández inauguró el período 139 de las sesiones ordinarias y mostró una gran humildad en su actitud y discurso. Reconociendo desafíos, dificultades y obstáculos con los que debió enfrentarse en su primer año de gestión.
No es fácil ser presidente de un país, pero sumado al escenario que debió enfrentar Alberto Fernández: después de 4 años del gobierno de Cambiemos- que dejó una deuda impagable con bolsones de pobreza y desempleo y frente a una crisis sanitaria internacional; pudo mostrar una gestión que logró surfear con la mayor asistencia posible la pandemia y empezar a fortalecer los cimientos para renegociar la deuda, ordenar las cuentas y cubrir las necesidades esenciales de la población.
A lo largo de su discurso apeló a la unidad de los argentinos y argentinas en este esfuerzo por la reconstrucción buscando la unidad, y promoviendo romper con tanto discurso de odio y división.
En todo momento reconoció el esfuerzo de la población argentina y especialmente de aquellos que tuvieron a cargo la asistencia médica y social frente al covid para evitar que se saturara el sistema de salud y para que a nadie le faltara alimento y asistencia sanitaria así como por garantizar la continuidad en la educación: no olvidó mencionar uno a uno el esfuerzo de médicos/as, enfermeras, investigadores, organizaciones sociales, iglesia, empresarios, fuerzas armadas y la población en conjunto.
Dijo “Sin aislamiento y distanciamiento hubiera sido mayor la velocidad en los contagios y un sistema de salud que estaba en condiciones de abandono hubiera colapsado”, por eso es doble el mérito de haber resistido a las innumerables presiones fuertes e impiadosas de sectores de poder económico para abrir todo precipitadamente y dejar la cuarentena en los primeros tiempos.
El Presidente dejó en claro que Argentina funciona respetando el carácter de un país federal en diálogo y coordinación con los gobernadoras y los gobernadores de las 24 jurisdicciones.
Entre las medidas para los sectores más vulnerables el Gobierno pudo mostrar que fehacientemente contribuyeron a evitar que la crisis de profundizara. Suspendiendo los cortes de los servicios públicos por falta de pago y con la prohibición de los despidos sin causa o por fuerza mayor así como con la creación del Ingreso Familiar de Emergencia que consistió en tres pagos de $10.000 y la tarjeta Alimentar. Como nunca antes y tiempo récord logró tener más de 4.000 unidades de terapia intensiva y construir 12 hospitales modulares.
Este primer año no solo será recordado por el esfuerzo del Gobierno en pos de la reconstrucción, sino también por una oposición que lejos de estar a la altura de las circunstancias se mostró poniendo palos en la rueda con planteos contradictorios y caprichosos. Sin fundamento y al solo efecto de producir inquietud y turbulencia social. Exacerbando los ánimos de los y las argentinas que angustiados muchas veces quedaban rehenes de esas manipulaciones.
Y sin duda fue un gran avance en materia de educación la Paritaria Nacional Docente y la convocatoria a un Acuerdo Federal para al acceso igualitario a la educación.
Por último frente a los femicidios que en lo que va del año, no han parado, propuso transformar la lucha contra la violencia de género en una política de Estado con políticas concretas.
A su vez para este Congreso que recientemente sancionó la ley de interrupción voluntaria del embarazo le queda el desafío en 2021 de sancionar la ley que re categoriza y otorga moratorias a monotributistas y elevar el piso de ganancias a 150,000 pesos para que los trabajadores no sean afectados por este impuesto.
Así como regular los servicios públicos, des dolarizándolos. Entre otras medidas. Estamos caminando hacia un futuro más inclusivo para todas y todos y con un rumbo real.
FUENTE: https://www.ambito.com/opiniones/hacia-un-futuro-mas-inclusivo-n5173587