El índice de “Calidad de vida durante la crisis del COVID-19”, fue
elaborado por un equipo multidisciplinario de profesionales del
observatorio Gente en Movimiento.
Este centro de estudios tiene como fin estudiar distintas problemáticas de
la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de pensar y planificar políticas
públicas efectivas y con impacto real.
Índice de calidad de vida durante la crisis del COVID -19.
Esta cuarta entrega del índice continúa indagando y generando
información estadística sobre la calidad de vida de los porteños durante
la cuarentena.
La primera entrega de este índice indagó principalmente sobre cómo la
crisis del COVID-19 había expuesto y profundizado las desigualdades
económicas existentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La segunda entrega de este índice puso el foco en las problemáticas
ligadas a los cuidados de niños y ancianos.
La tercera entrega estuvo centrada en los desafíos educativos que
planteo la pandemia, el impacto de la cuarentena en términos anímicos
y el miedo al contagio que existe tanto en adultos como en jóvenes.
Esta entrega estará dividida en 5 partes.

  • La primera, sobre el deseo de buena parte de los vecinos de la
    ciudad de irse de la ciudad en búsqueda de una mejor calidad de
    vida. Esta sección es un tanto particular, ya que no indaga una
    problemática específica, sino que nos sirve como indicador
    general de la calidad de vida en la Ciudad.
  • La segunda sección profundiza sobre los desafíos de la gobernanza
    post-pandemia, principalmente en la salud y educación pública.
  • La tercera indaga, sobre espacios verdes en la ciudad, una
    demanda previa a la pandemia pero que sigue vigente a pesar de
    la cuarentena.
  • La cuarta sección es sobre una modalidad delictiva que se agravó
    durante la pandemia: el grooming.
  • Por último, realizamos un seguimiento de nuestro índice sobre la situación de los inquilinos.

Como en los anteriores informes, el objetivo es producir información
estadística que saque a la luz problemas preexistentes en la ciudad, pero
agravados por la actual pandemia, con el fin último de facilitar la
ejecución de políticas públicas que solucionen estas cuestiones y
mejoren la calidad de vida en la Ciudad.
A. Los porteños ya no quieren vivir en Buenos Aires
Siempre mencionamos que el objetivo del observatorio y sus estudios es
producir información fiable con el fin de realizar políticas públicas que
mejoren la calidad de vida en la ciudad.
Si producimos información para impulsar políticas públicas que mejoren
la calidad de vida en la Ciudad, es por que los porteños no están viviendo
en la mejor Buenos Aires posible. Por eso, en esta oportunidad decidimos
investigar que cantidad de porteños, si pudiesen, se irían a vivir a otra
ciudad.
Los resultados son abrumadores: 1 de cada 2 porteños si pudieran se irían
a vivir a otra ciudad para tener una mejor calidad de vida (Gráfico 1).
Se podría pensar que esto es algo principalmente de los jóvenes, cuestión
que podría ser considerada como un deseo transitorio. Pero viendo este
mismo dato por edad, observamos que es un fenómeno extendido.
Dejando de lado a los mayores de 60 años, en todos los rangos etarios
más de la mitad de los porteños se irían vivir a otra ciudad si pudieran
(Gráfico 2).

B. Los desafíos de la gobernanza post pandemia: salud y educación
saturados

En la anterior entrega de este índice se planteó un potencial desafío para
la educación pública: el 28% de los padres con hijos en colegios privados
planeaban cambiar a sus hijos a una escuela de gestión pública.
Dado que, junto a la salud, la educación es la principal área de gestión
del Gobierno de la Ciudad, en esta entrega buscamos darle continuidad
a este indicador e indagar, a su vez, sobre si el sistema de salud pública
podría enfrentarse a situaciones similares en el corto plazo.
Como fue señalado en el informe anterior, la educación de gestión
estatal en la Ciudad podría verse desbordada si no se plantean políticas
urgentes que atienden a la nueva demanda de vacantes, que podría
haber producto de la merma de recursos en las familias porteñas,
producto de la pandemia.
Esta investigación corroboró lo observado en el último informe: un 31% de
las familias con hijos en colegios de gestión privada, está considerando
cambiarlos a una escuela pública (Gráfico 3).

De no haber medidas y de mantenerse esta tendencia, este traspaso
implicaría una demanda adicional de 93.310 vacantes en las escuelas de
gestión pública. Esto implica 9 mil vacantes adicionales con respecto a
la medición de junio, agravando aún más la tendencia observada.

Este requerimiento extraordinario de vacantes se daría en un sistema
educativo ya colapsado. Cada inicio de clases la falta de vacantes está
en el centro de la agenda con números que oscilan entre las 9 y 22 mil
faltantes.
Por otra parte, un 34% considera cambiar a su hijo a un colegio más
barato. Como también fue señalado en el anterior informe, este
fenómeno también implicaría un desafío para el Estado de la Ciudad.
El 71% de los establecimientos privados reciben algún tipo de subvención
estatal1. Estos suelen estar orientados a las escuelas de menores recursos
y más baratas. Es por esto por lo que un ajuste de las familias en el gasto
de educación también implicaría un desafío para las políticas educativas
de la ciudad, a pesar de que estos estudiantes se mantengan en
escuelas de gestión privada.
El ajuste en gastos educativos del 65% de las familias con hijos en colegios
privados se condice con otro dato relevante de esta ronda de campo:
el 50% de las familias con hijos en colegios privados considera que no
está en condiciones de pagar la próxima cuota de la institución
educativa. (Gráfico 4)

La salud pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene en el
horizonte cercano desafíos similares a los de la educación. El 49% de los
porteños que tienen una cobertura de salud privada, sea obra social o
prepaga, está considerando dejar su cobertura actual y pasar a ser
usuario de la salud pública. (Gráfico 5)

Este dato cobra especial relevancia al ser la Ciudad de Buenos Aires,
dada que es un distrito con un alto grado de privatización en lo que es la
salud, tan solo el 18,7% recurre para curarse únicamente a
establecimientos de salud pública2.
Ante esto, la ciudad tiene de hecho un sistema de salud pequeño. Por lo
que una avalancha de nuevos usuarios podría implicar el colapso en el
corto plazo del sistema de salud público. De no haber cambios, esta
presión sobre el sistema de salud se traduciría en 936 mil nuevos usuarios
en el sistema de salud público. Teniendo en cuenta que 540 mil personas
tienen al sistema público como única cobertura, una oleada 936 mil
nuevos usuarios implicaría un aumento del 173% de la demanda actual.
Esta posible futura demanda adicional sobre el sistema de salud pública
se corrobora con el siguiente dato: el 32% de los porteños con cobertura
de salud privada considera que no está en condiciones de pagar la
próxima cuota de su cobertura. (Gráfico 6)

El objetivo de este informe es otorgar información para adelantarse a los
hechos y tomar medidas a tiempo. La cuarentena y el fortalecimiento del
sistema de salud permiten tener un lapso de tiempo y con esta
información disponible, tomar medidas que eviten la saturación de la
educación y la salud pública.


C. La falta de espacios verdes también se sintió durante la cuarentena
Un tema recurrente entre quienes señalan que se irían a vivir a otra
ciudad, es la falta de espacios verdes en la capital. Los números oficiales
indican que la ciudad posee 6 metros cuadrados de espacios verdes por
habitante, mientras que la OMS recomienda al menos 9 metros
cuadrados.
Si comparamos con otras ciudades del país las cifras tampoco son
prometedoras. Por ejemplo, Rosario tiene el doble de metros cuadrados
de espacios verdes por habitante.
A su vez, la distribución de espacios verdes es absolutamente desigual
entre las distintas comunas. Tenemos, por ejemplo, Palermo que posee 14
metros cuadrados por habitante mientras que la comuna 5 tiene menos
de 20 centímetros cuadrados de espacios verdes por habitante.

En esta nueva ronda de campo obtuvimos resultados consistentes en este
sentido. Un 67% de los porteños afirman que con mayor cantidad de
espacios verdes la cuarentena hubiese sido más llevadera. (Gráfico 7)
Si bien la circulación está restringida no lo están las salidas para niños y
en su momento también estuvo habilitada la actividad física al airea libre.
Teniendo en cuenta que probablemente se vuelva a permitir la actividad
física al aire libre, estos datos toman relevancia.
Es difícil que vuelva la actividad física sin grandes concentraciones de
personas, y por ende mayores riesgos de contagio de COVID-19, si no
existen suficientes espacios verdes, para que las personas puedan realizar
actividad física con el correcto distanciamiento.
El problema de la congestión de deportistas que se vio cuando se habilitó
la actividad física, no sería consecuencia de la desidia de quienes
quieren hacer deporte, sino de la falta de espacios verdes en la ciudad.
Una mayor cantidad de espacio verdes en la ciudad podría ser un tema
central para una agenda de calidad de vida post-coronavirus. Los
beneficios son múltiples: mayor absorción del dióxido de carbono,
regulación de las altas temperaturas y de los excesos de lluvias, espacios
de encuentro y cohesión social y mejoras en la salud física y mental de la
población.

D. Nueva normalidad y nuevos delitos: los peligros del grooming
Mucho se ha discutido en torno a las nuevas modalidades de consumo,
de trabajo o mismo de entretenimiento que tomaron mayor
protagonismo durante la cuarentena. Todas ellas ligadas a la virtualidad
y el uso de tecnologías.
El uso de tecnologías también llegó a las nuevas prácticas delictivas. Una
de las más comunes es el grooming o ciberacoso, que consiste en abuso
sexual de menores a través de internet.
Hoy los chicos de la Ciudad de Buenos Aires están más expuestos que
nunca, dado que pasan más tiempo frente a las pantallas. Esto fue
corroborado por este estudio, donde se halló que 1 de 4 porteños
conocen alguien de su entorno cercano que sufrió ciberacoso. Esto
cobra especial relevancia cuando vemos la gravedad de este delito y lo
comparamos con su conocimiento: el 28% de los porteños no conocen
esta práctica delictiva. (Gráfico 8)

El conocimiento de esta práctica delictiva es fundamental, ya que se
trata de un delito donde las victimas son los niños y niños y la
concientización es la clave para poder prevenirlo.

E. Inquilinos, un drama que no da tregua
Desde la primera entrega del informe del Informe de Calidad de Vida
durante la crisis del COVID-19 se viene haciendo un seguimiento de la
situación de los inquilinos en la Ciudad. Desde ese primer informe en el
mes de abril no se vieron mejoras en los índices.
El porcentaje de inquilinos que señalan no poder pagar el próximo
alquiler se mantiene por encima del 50% (Gráfico 8). En julio, el 60% de
los inquilinos señaló que no están condiciones de pagar el próximo
alquiler. Esto representa aproximadamente 216 mil hogares y 576 mil
porteños bajo esta difícil situación.

F. Conclusiones generales
Las medidas de aislamiento obligatorio y el cuidado de la salud
mantienen fuertes niveles de apoyo en la ciudadanía porteña. De todos
modos, buena parte de los vecinos de la ciudad ya está pensando en la
vida post-pandemia.
Que la mitad de los ciudadanos tengan ansias de irse a vivir a otra ciudad
nos plantea un desafío a quienes pensamos políticas para que todos
puedan vivir bien en la Ciudad.
Este dato nos muestra la infinidad de aspectos a mejorar en la Ciudad:
la seguridad, salud, educación, espacios verdes y tantos otros que habrá
que seguir investigando para lograr que la Ciudad de Buenos Aires sea
elegida y deseado por todos sus vecinos.

Ficha técnica
Metodología

Representación sociodemográfica
• El cuarto informe de “Índice de Calidad de Vida durante la crisis
del COVID-19 en CABA” del observatorio Gente en Movimiento se
hizo en base a una encuesta probabilística, estratificada según,
tamaño de población, sexo, edad y nivel educativo.
• La representación en base a estas variables se hace según los
dispuesto por la literatura especializada en opinión pública y
análisis estadístico. Estas son variables objetivas y que conocemos
sus valores para el total del universo a estudiar. Esto nos permitió
crear una muestra representativa de 600, quedando así un margen
de error de 4%.
• A continuación, un cuadro descriptivo de la distribución según
variables socio demográficos de los casos del estudio

• A continuación, un mapa que grafica la división geográfica
utilizada para realizar esta muestra

Herramienta utilizada
• Para recolectar la información se uso como instrumento el
Interactive Voice Response (IVR). Dado el contexto de
distanciamiento social y al ser la Ciudad de Buenos Aires el distrito
con mayor penetración telefónica, este instrumento de
recolección resulta adecuado y representativo para los objetivos
de este estudio.


El cuestionario
El cuestionario de este trabajo de campo estaba compuesto por 23
preguntas cerradas, con opciones de respuesta exhaustivas y
excluyentes. De estas 23 preguntas, 3 corresponden a las variables
sociodemográficas (Sexo, Edad y Nivel Educativo), la información de 9
de ellas fue utilizadas para este informe, y el resto están siendo analizadas
para futuros reportes.

1 Fuente: informe “La Educación Privada en la Ciudad de Buenos Aires, quien, cómo, dónde” de
Alejandro Morduchowikz, para Zoom Educativo. Informe elaborado para la Unidad de Evaluación
Integral la Calidad y Equidad Educativa (Ministerio de Educación e Innovación)

2 Dirección de Estadísticas del GCBA